Una Navidad Marisol recibió splash, aretes, una crema y tres tarjetas de regalo por $180 y de ese año no se olvida. Le gustó tanto que desde entonces cada año opta por regalar tarjetas a algún familiar. Por ejemplo, a su hija el año pasado le dio una para adquirir libros y el papá prefirió regalarle la biografía de una joven reconocida.
Al final la tarjeta de regalo la utilizó para comprar la serie de libros de Harry Potter, que leyó en un par de meses; el otro libro sigue en la estantería de su cuarto a medio leer.
Source: Ecuador Economia